En una ceremonia íntima pero cargada de simbolismo, el papa León XIV celebró este viernes su primera misa como líder de la Iglesia católica en la Capilla Sixtina, donde advirtió sobre el declive de la fe en favor del “dinero, el poder o el placer” y pidió unidad al Colegio Cardenalicio. A sus 69 años, Robert Francis Prevost se convirtió en el primer papa estadounidense de la historia y, en su homilía inaugural, dejó en claro cuál será el tono de su papado: continuidad con el legado de Francisco, firmeza pastoral y una Iglesia con vocación misionera.
“Me llamaron para llevar una cruz”
“Me llamaron para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión”, pronunció León XIV al iniciar su mensaje, con un tono que buscó reforzar su compromiso con el deber pastoral por encima de todo privilegio. Pidió a los cardenales caminar junto a él en esta etapa, destacando que “somos Iglesia, una comunidad que debe anunciar la Buena Nueva”.
En su primera homilía como pontífice, deploró que, en muchos contextos, la fe cristiana sea percibida como absurda o propia de personas débiles. “Se prefieren otras seguridades, como la tecnología, el éxito, el dinero o el placer”, alertó. También criticó que incluso entre los bautizados se reduzca a Jesús a un “líder carismático”, cayendo así en un “ateísmo de hecho”.
Un faro frente a la oscuridad
León XIV instó a que la Iglesia “sea un faro que ilumina las noches del mundo”. Se mostró preocupado por la pérdida de sentido espiritual en una sociedad que, dijo, corre el riesgo de idolatrar lo superficial. La figura de Jesús, subrayó, no puede ser banalizada ni utilizada para fines ideológicos.
Antes de la misa, el nuevo papa cenó con los 132 cardenales que lo eligieron en un cónclave más breve de lo previsto. En su saludo posterior desde la Plaza de San Pedro, enfatizó que su pontificado buscará “descubrir cómo ser una Iglesia misionera, que construye puentes y establece diálogo”, un guiño al espíritu bergogliano que aún resuena en Roma.
Un papa con doble raíz y una mirada global
Nacido en Chicago en 1955, Robert Prevost también posee nacionalidad peruana y raíces españolas. Su formación como misionero agustino en América Latina y su paso por Europa lo dotaron de una visión profundamente intercultural, algo que podría marcar su estilo de gobierno.
Eligió llamarse León XIV en homenaje a León XIII, el papa de la doctrina social de la Iglesia. La elección es interpretada como una señal clara: combinar una firmeza doctrinal con sensibilidad social, en continuidad con Francisco, pero con formas más tradicionales. Prueba de esto fue su decisión de vestir sotana tradicional blanca, a diferencia de su antecesor, aunque mantuvo los zapatos negros en lugar de los rojos pontificios.
Tensión latente con Trump
La designación de un papa estadounidense con discurso proinmigrante ya generó un impacto político. León XIV comparte con Francisco una firme defensa de los migrantes y los más pobres, lo que podría tensar su relación con el presidente Donald Trump, quien, sin embargo, saludó su nombramiento como “un gran honor” para Estados Unidos.
Mientras tanto, los próximos pasos de León XIV incluyen la bendición Regina Coeli el domingo y una audiencia con la prensa el lunes. En los próximos días se anunciará la fecha de su investidura oficial, que contará con la presencia de líderes políticos y religiosos de todo el mundo.
El mensaje es claro: León XIV busca ser un papa de puentes, no de muros. Una voz de unidad en tiempos de grieta. Y una cruz que, desde el primer día, aceptó llevar con decisión. ¿Podrá sostener esa misión ante las tensiones internas y los desafíos globales? La historia acaba de comenzar.