Crecía la expectativa por la posibilidad concreta de que el experto en finanzas Luis Caputo se convirtiera en el ministro de Economía de Javier Milei. El camino que condujo al exfuncionario macrista a estar muy cerca de la cartera más importante de la Argentina está repleto de renunciamientos, enojos, marginados y tiene, al final del día, una promesa multimillonaria.
La cuestión familiar y personal es una de las pocas dudas que mantenía hasta el cierre de esta edición Caputo, quien recibió la propuesta, pero aún no confirmó, según se pudo saber de fuentes cercanas al economista. Sin embargo, en su circulo íntimo consideraban como «probable» que terminara ocupando la silla más importante del Palacio de Hacienda. El viernes pasado, les ofrecía un “no” rotundo a quienes lo consultaban sobre si estaría dispuesto a ocupar el Ministerio de Economía. A mediados de esta semana, seguía diciendo que no, pero con mucha menos contundencia.
El futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse, lideró la negociación cara a cara con Caputo. El último encuentro fue el jueves al mediodía en el Hotel Four Seasons. Allegados a Caputo aseguraban anoche que no había un deadline para dar una respuesta final. “Todavía no”, decían, en tanto, los voceros de La Libertad Avanza (LLA).
Mientras Caputo deshojaba la margarita, Santiago Bausili, Federico Furiase y Martín Vauthier comenzaron a ocupar lugares en representación de LLA en el operativo de transición con el Gobierno. Bausili es socio de Caputo en la consultora Anker, y había sido ex secretario de Finanzas y subsecretario de Financiamiento en el gobierno de Cambiemos. Vauthier y Furiase, en tanto, son los economistas principales de esa organización.