Con un fuerte mensaje de unidad y un saludo especial a Perú, el pontífice estadounidense marcó el inicio de su pontificado con un tono pastoral, social y profundamente latinoamericano
“Que la paz sea con ustedes.” Con esas palabras, pronunciadas en italiano, León XIV se presentó este jueves ante el mundo como el nuevo líder de la Iglesia católica. El cardenal Robert Francis Prevost, electo como el papa número 267, se dirigió por primera vez a los fieles desde el balcón de la Basílica de San Pedro en una ceremonia cargada de simbolismo, emoción y mensajes clave.
La multitud que colmaba la plaza respondió con una ovación cerrada. Pero el momento más inesperado —y quizás más significativo— llegó cuando el nuevo Papa eligió el español para enviar un saludo sentido a la comunidad peruana, donde pasó más de tres décadas de su vida religiosa y pastoral.
Un puente entre mundos
«Un saludo en particular a mi querida Diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo la Iglesia fiel de Jesucristo», expresó León XIV. El gesto fue más que un guiño afectivo: fue una reafirmación de su identidad latinoamericana y del legado social que deja su antecesor, el papa Francisco.
Prevost fue designado obispo de Chiclayo en 2015 por el mismo Bergoglio, y en ese país adoptó también la nacionalidad peruana. Su vínculo con la región no es simbólico, sino vital y formativo.
Una Iglesia que dialoga y camina
Durante su mensaje, el nuevo pontífice remarcó la necesidad de construir una Iglesia abierta, que escuche y que actúe. “La humanidad necesita a Cristo como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos y ayúdense unos a otros a construir puentes con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz.”
León XIV no evitó referencias claras al papa Francisco, a quien agradeció y reconoció como guía espiritual de esta era. “Seguimos escuchando aquella voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco que bendijo a Roma”, dijo. Y sumó: “Permítanme continuar con esa misma bendición”.
También reafirmó su identidad como agustino, evocando las palabras de San Agustín: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.” Una fórmula que sintetiza su visión del liderazgo eclesial: cercano, comunitario, y comprometido con el Evangelio.
Unidad, paz y misión
El nuevo Papa fue elegido en el segundo día de cónclave. En menos de diez minutos, su discurso condensó una hoja de ruta que será clave para los próximos años: unidad dentro de la Iglesia, opción preferencial por los pobres, sinodalidad, y un llamado firme a no tener miedo.
“Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, que busca siempre la paz, que trata de estar cercana especialmente a los que sufren”, declaró. Antes de concluir, invitó a todos los presentes a rezar juntos el Ave María, y luego impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi.
La era de León XIV ha comenzado con un mensaje claro: tender puentes, abrir las puertas, y caminar con los pueblos. La elección de sus primeras palabras no fue solo un saludo; fue una declaración de principios.