El presidente argentino reaccionó a la elección de Robert Prevost como nuevo pontífice con un mensaje cargado de simbolismo político, referencias místicas y una imagen generada por IA
Horas después de que la fumata blanca anunciara al mundo que Robert Prevost es el nuevo líder de la Iglesia católica, Javier Milei no tardó en hacerse oír. A través de sus redes personales y del canal oficial de la Oficina del Presidente, el mandatario argentino emitió un mensaje en el que combinó un tono institucional con su estilo característico: provocador, simbólico y cargado de guiños a su propio electorado.
“Las fuerzas del cielo han dado su veredicto”, escribió en su cuenta personal, acompañado por una imagen generada por inteligencia artificial en la que se observa a Prevost con el rostro de un león, animal con el que los seguidores de Milei suelen identificarlo. La coincidencia entre el nombre elegido por el nuevo Papa —León XIV— y el apodo del presidente fue rápidamente aprovechada por la narrativa libertaria.
Un comunicado institucional con sello ideológico
En paralelo, la Oficina del Presidente publicó un comunicado más formal en el que se expresa “profunda esperanza” por el inicio del nuevo pontificado y se considera a León XIV como “una luz que guía” en tiempos de “confusión, fragmentación y desafíos globales”.
Sin embargo, el texto también incluyó definiciones que reflejan la cosmovisión política del Gobierno argentino: “Hoy más que nunca, anhelamos que la voz del Papa resuene con fuerza en la defensa de los pilares que han sostenido la civilización: la vida, como principio; la libertad, como don sagrado de origen; y la propiedad privada, como fundamento de la responsabilidad personal y del desarrollo de los pueblos.”
La fe como escudo frente al relativismo
El comunicado oficial no evitó el enfrentamiento cultural al que Milei suele apelar: “Que su palabra y testimonio sean escudo frente a la tiranía de la muerte, al totalitarismo creciente y al relativismo inmoral.” Con esa frase, el texto coloca al nuevo Papa en una narrativa de lucha entre valores absolutos y un mundo que, según el Gobierno, se desliza hacia una crisis moral.
Lejos del tono habitual de los saludos protocolares entre jefes de Estado y el Vaticano, la reacción del presidente argentino resignificó la elección papal como un episodio más dentro de su lógica de épica espiritual y confrontación cultural. Para Milei, el León que llegó a Roma no solo es un Papa: es un símbolo. Y, según sus palabras, una señal del cielo.