El INDEC informó que la pobreza en Argentina llegó al 52,9% en el primer semestre del año, afectando a 24,9 millones de personas. Este incremento de 11,2 puntos porcentuales con respecto al fin de 2023 refleja un contexto socioeconómico complejo en el inicio de la gestión de Javier Milei. La indigencia también creció y se sitúa en un preocupante 18,1%, lo que implica que 8,5 millones de argentinos no pueden cubrir sus necesidades alimentarias básicas.
El crecimiento de la pobreza y la indigencia marca el inicio del mandato de Javier Milei, cuyo gobierno enfrenta un desafío considerable para estabilizar la situación social y económica del país. En comparación con el año pasado, la pobreza ha aumentado en 12,8 puntos porcentuales, ya que en el primer semestre de 2023 se ubicaba en el 40,1%. Este es el porcentaje más alto registrado desde 2003, lo que destaca la magnitud del problema.
El número de personas en situación de indigencia, es decir, aquellas que no pueden acceder a una alimentación mínima, también ha crecido drásticamente. En solo seis meses, la indigencia pasó del 12% al 18,1%, lo que supone un incremento de 6,1 puntos porcentuales. Este dato indica que la crisis alimentaria en el país afecta ahora a 8,5 millones de personas.
Otro dato relevante es la «brecha» de pobreza e indigencia, que mide cuán lejos están los hogares argentinos de superar la pobreza o la indigencia. Durante el primer semestre de 2024, un hogar pobre en promedio tiene ingresos 42,6% por debajo de lo necesario para salir de esa situación. Esto equivale a una diferencia de más de $300.000 mensuales. En cuanto a los hogares indigentes, la brecha es del 33,4%, lo que significa que necesitarían alrededor de $116.000 más cada mes para poder acceder a la canasta alimentaria.
El índice de pobreza afecta de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables de la sociedad, y los niños no son la excepción. El 66,1% de los menores de edad en Argentina vive en la pobreza, mientras que el 27% es indigente. Estas cifras reflejan el deterioro de las condiciones de vida de los más jóvenes y su impacto a largo plazo en el desarrollo del país.
El rol de la inflación y el empleo
Uno de los principales factores que ha contribuido a este aumento en la pobreza es la escalada de la inflación, que alcanzó un promedio de 4% mensual durante los primeros meses del año. Este proceso inflacionario ha erosionado el poder adquisitivo de los salarios, afectando gravemente la capacidad de los trabajadores para cubrir sus necesidades básicas. A pesar de algunos intentos por mejorar los salarios, los aumentos no han sido suficientes para compensar el deterioro causado por la inflación.
El mercado laboral también mostró signos de deterioro. Si bien la tasa de desempleo se mantenía en niveles relativamente bajos en los últimos años, durante el primer trimestre de 2024 subió al 7,7%, lo que representa un aumento de dos puntos porcentuales respecto al cierre del año anterior. En el segundo trimestre, esta cifra se mantuvo en 7,6%. Esto implica que hay 1,6 millones de personas sin trabajo en el país, un incremento de 336.000 personas en comparación con el año anterior.
Otro aspecto alarmante es el deterioro en la calidad del empleo. Según los datos del Indec, mientras que el empleo registrado perdió 60.400 puestos en la primera mitad del año, el empleo no registrado, o en negro, sumó 328.300 personas. Esto indica un mercado laboral cada vez más precarizado, con más trabajadores en condiciones informales y menos acceso a derechos laborales básicos.
Comparación histórica
El nivel de pobreza actual es el más alto desde 2003, cuando Argentina estaba saliendo de la crisis económica de principios de siglo. Para contextualizar, el gobierno del Frente de Todos terminó su mandato en 2023 con una tasa de pobreza del 41,7%, lo que implicaba que 19,4 millones de personas no podían acceder a la canasta básica total. Al inicio de ese gobierno, en 2019, la pobreza era del 35,5%, lo que indica un aumento significativo durante su gestión.
El gobierno de Mauricio Macri también experimentó un aumento de la pobreza. Si bien no se cuenta con datos oficiales al inicio de su mandato debido a la intervención del Indec durante el kirchnerismo, se estima que la pobreza rondaba el 30%. Al finalizar su gobierno, en 2019, la cifra había subido al 35,5%.
Durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, la pobreza mostró una tendencia a la baja, aunque en parte se debió a la manipulación de los datos oficiales. Al asumir Néstor Kirchner en 2003, la pobreza era del 57,5%, y al finalizar su primer semestre, la cifra había bajado al 47,8%. En cambio, Cristina Kirchner asumió con una tasa de pobreza estimada en 35,6%, y su primera medición semestral mostró un ligero descenso al 34,9%.
Medidas del Gobierno actual
El gobierno de Javier Milei ha intentado paliar la situación con el aumento de transferencias sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar. Sin embargo, estas medidas han sido insuficientes para detener el aumento de la pobreza y la indigencia. Ante el agravamiento de la crisis, el gobierno anunció que ampliará la cobertura de la Tarjeta Alimentar para incluir a jóvenes de hasta 17 años a partir de octubre.
Este ajuste busca mejorar la situación de las familias más afectadas, pero aún queda por ver si será suficiente para revertir la tendencia actual.