El presidente de la Nación, Javier Milei, aclaró los alcances de sus declaraciones que desataron protestas y tomas en universidades nacionales. En una entrevista con LN+, el mandatario reafirmó que las universidades públicas no serán aranceladas, aunque insistió en la necesidad de auditar los fondos que reciben. «La universidad va a seguir siendo pública y no arancelada, eso no se toca», aseguró.
Milei explicó que su planteo se centra en asegurar que los recursos destinados a la educación universitaria sean utilizados de manera correcta y no para «financiar la mugre de la política». Asimismo, defendió su veto a la ley de financiamiento universitario, argumentando que la norma no especificaba de dónde provendrían los fondos. El presidente manifestó estar dispuesto a debatir nuevas soluciones, pero sin aumentar impuestos ni tomar deuda.
El mandatario también mencionó la posibilidad de auditar las actividades en las universidades y cuestionó la negativa de algunos sectores: «El que no quiere ser auditado es un chorro», dijo, insinuando que algunos fondos podrían estar siendo mal utilizados.
Protestas en universidades
Las declaraciones de Milei han generado una fuerte reacción en el ámbito académico. Estudiantes y docentes de más de un centenar de universidades han organizado tomas, asambleas y clases públicas en todo el país para exigir mejoras salariales y mayor financiamiento. Según Luca Bonfante, representante estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, las medidas de protesta buscan visibilizar la crisis que atraviesa la educación pública.
En paralelo, los docentes del Colegio Nacional Buenos Aires iniciaron un paro de 96 horas en reclamo de aumentos salariales, con el apoyo de la Asociación Gremial Docente de la UBA. Las clases públicas se han convertido en una herramienta de protesta frente a la falta de respuestas del Gobierno.
Disputa por los datos
Las declaraciones del presidente sobre el perfil socioeconómico de los estudiantes universitarios también generaron controversia. Mientras Milei sostiene que hoy en día solo los hijos de familias ricas pueden acceder a la universidad pública, los datos oficiales lo contradicen. Según el Anuario Estadístico de la Secretaría de Políticas Universitarias, casi la mitad de los estudiantes universitarios provienen de familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. En muchas universidades, como la Arturo Jauretche, el 70% de los alumnos son la primera generación universitaria en sus familias.
Esta situación refleja la importancia de las universidades como herramienta de movilidad social en el país, algo que los sectores académicos y estudiantiles defienden fervientemente en medio del conflicto.