El director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Mariano de los Heros, anunció que el Gobierno impulsará una reforma previsional antes de fin de año. Entre los cambios propuestos se encuentran el aumento gradual de la edad mínima para acceder a la jubilación y la adaptación del monto del haber en función de los años aportados, con la garantía de un mínimo.
En la actualidad, las mujeres pueden jubilarse a los 60 años y los varones a los 65 años, siempre que hayan cotizado 30 años. Desde 2018, los trabajadores del sector privado tienen la posibilidad de postergar su jubilación hasta los 70 años si cumplen con estos requisitos. Sin embargo, debido a la alta informalidad laboral —más del 85% de los trabajadores no cuentan con 30 años de aportes por falta de contribuciones de los empleadores o de los trabajadores por cuenta propia—, el sistema previsional ha enfrentado serios desafíos, obligando a recurrir a moratorias que descontaban la deuda acumulada de los años no aportados.
Propuestas centrales de la reforma
Según De los Heros, uno de los puntos clave a debatir será el aumento de la edad mínima para acceder a la jubilación. Aunque aún no se han definido las nuevas edades, se espera que el cambio se implemente de forma gradual para permitir una transición progresiva en el sistema.
Otra innovación que se plantea es la creación de una Prestación de Retiro Proporcional, que otorgaría una jubilación basada en los años de aportes realizados, garantizando un haber mínimo equivalente al 80% de la Prestación Universal al Adulto Mayor (PUAM), que en febrero se encuentra en torno a los $218.469.
Revisión de regímenes especiales y de la equidad salarial
La reforma también contempla modificaciones en los regímenes especiales que han beneficiado a docentes, investigadores, trabajadores de sectores insalubres y otras categorías, como las de Luz y Fuerza o del Servicio Exterior. Actualmente, estos regímenes han sido objeto de críticas por parte del Fondo Monetario Internacional, y las administraciones anteriores crearon comisiones técnicas para revisar sus condiciones. La propuesta actual plantea que, en adelante, los nuevos beneficiarios de estos regímenes se jubilen de manera similar al régimen general, recibiendo entre el 60% y el 65% del sueldo actualizado de los últimos 10 años, lo que supondría una reducción significativa de los haberes para las nuevas jubilaciones. Los derechos adquiridos de los ya jubilados se mantendrán intactos.
Asimismo, se proyecta revisar las pensiones por discapacidad y modificar las pensiones por fallecimiento (viudez), estableciendo, en el caso de los trabajadores activos, que el beneficio se mantenga solo durante la duración del matrimonio o convivencia. Cabe destacar que la exclusión de la pensión por viudez ya rige para la PUAM desde 2018.
Impulso a la jubilación privada y otros mecanismos
Como parte del paquete de medidas, el Gobierno evaluará la posibilidad de habilitar una variante de jubilación privada basada en aportes voluntarios, los cuales podrían recibir algún tipo de estímulo fiscal, como deducciones en el impuesto a las Ganancias. Esta iniciativa busca ampliar las alternativas de aseguramiento para los trabajadores, en un contexto en el que el sistema previsional general enfrenta serias dificultades de cobertura y financiamiento.
Cifras y desafíos del sistema previsional
Actualmente, el sistema previsional argentino beneficia a aproximadamente 5.666.805 jubilados y 1.712.673 pensionados. De estos, 4.019.661 se encuentran en régimen de moratoria o plan de pago de deuda previsional, y 3.359.817 corresponden a beneficios contributivos puros, siendo más de la mitad los que cobran el mínimo jubilatorio (alrededor de $273.086, sumado a un bono de $70.000). Además, existen cerca de 1.835.063 beneficiarios de regímenes no contributivos, como pensiones por discapacidad o por condiciones especiales, y se estima que más de 13 millones de personas aportan al sistema, aunque más de 7 millones operan en la informalidad.
Mariano de los Heros subrayó la necesidad de una reforma integral del sistema previsional, afirmando que «la Argentina se merece una reforma previsional completa porque el sistema, tal como lo han dejado, está quebrado». Entre las propuestas que se debatan se encuentran el aumento gradual de la edad jubilatoria, la implementación de la Prestación de Retiro Proporcional y la revisión de regímenes especiales, todo ello en un esfuerzo por garantizar la sostenibilidad del sistema y la equidad en los haberes de los futuros jubilados. La reforma, que se espera sea debatida en el Congreso antes de fin de año, busca no solo corregir distorsiones actuales, sino también ampliar la cobertura y asegurar derechos fundamentales para todos los trabajadores, en un contexto marcado por altos niveles de informalidad y desafíos económicos.