El padre Gabriel Romanelli, párroco de la única iglesia católica en la Franja, sufrió heridas tras el bombardeo israelí. La Cancillería expresó su “seria preocupación” y reclamó respeto al derecho internacional humanitario.
Una bomba impactó en la iglesia católica de la Sagrada Familia en Gaza, el último refugio para cientos de civiles en medio del conflicto. Allí resultó herido el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, quien dirige esa comunidad desde hace años. La explosión dejó al menos siete heridos y cuatro muertos confirmados, entre ellos personas mayores, niños y refugiados.
El hecho generó una fuerte reacción del Gobierno argentino, que a través de la Cancillería manifestó su “seria preocupación por los hechos ocurridos” y aseguró haber transmitido su inquietud a las autoridades del Estado de Israel. Además, confió en que se brindará asistencia al padre Romanelli y a los miembros de la comunidad afectada.
Una parroquia bajo fuego
Según el reporte de Cáritas Jerusalén, un tanque israelí disparó contra la parroquia latina, provocando una explosión cerca de la cruz del tejado. Fragmentos de metralla y escombros alcanzaron a las personas que estaban en el patio. Entre los heridos hubo dos ancianas en una carpa de contención psicosocial, tres jóvenes en la entrada del templo, un niño con discapacidad y varios refugiados. Los más graves fueron trasladados al hospital Al-Ahli.
La Conferencia Episcopal Argentina lamentó el ataque y advirtió que “dañar a civiles que buscan refugio constituye una grave violación al derecho internacional humanitario y a la dignidad humana”.
Reacciones en cadena: Vaticano, Italia e Israel
El hecho tuvo repercusión internacional. El papa León XIV expresó su “profunda tristeza” y renovó su llamado a un alto al fuego. En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, el Vaticano aseguró su cercanía espiritual con Romanelli y la comunidad herida. El sacerdote, que mantenía contacto diario con el papa Francisco antes de su fallecimiento, agradeció en un mensaje reciente por “el milagro de cada mañana”.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también repudió el ataque y señaló que “ninguna acción militar puede justificar semejante violencia sobre civiles”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel negó haber apuntado contra la iglesia, aseguró que no ataca lugares religiosos y anunció la apertura de una investigación sobre lo ocurrido.
La Sagrada Familia, último refugio cristiano en Gaza
La parroquia de la Sagrada Familia, bajo jurisdicción del Patriarcado Latino de Jerusalén, se había transformado en uno de los pocos santuarios para los desplazados en Gaza. Según datos de la Autoridad Nacional Palestina, más de 800 mezquitas fueron destruidas durante la ofensiva israelí en 2024, lo que intensificó la vulnerabilidad de las minorías religiosas en la Franja.
Mientras continúa la escalada de violencia, el ataque a esta iglesia puso en evidencia el deterioro del respeto por los espacios humanitarios y religiosos. El gobierno argentino reiteró su compromiso con la defensa de los derechos humanos, la libertad de culto y el cese de hostilidades.