El Vaticano se prepara para una de las ceremonias más solemnes y trascendentales de la Iglesia Católica: la elección del nuevo Papa. A partir del miércoles 7 de mayo, 133 cardenales de todo el mundo ingresarán a la Capilla Sixtina para participar del Cónclave, luego de que el papa Francisco dejara vacante la sede pontificia.
En las últimas horas, se completó uno de los pasos fundamentales previos al inicio de la votación. Funcionarios, religiosos y personal técnico juraron bajo pena de excomunión guardar el más absoluto secreto sobre todo lo relacionado con el proceso. La ceremonia se realizó en la Capilla Paulina, dentro del Palacio Apostólico, y fue presidida por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Romana Iglesia.
“Prometo y juro observar el secreto absoluto… consciente de que una infracción comportaría la pena de excomunión latae sententiae”, reza la fórmula jurada por cada uno de los involucrados.
Un compromiso absoluto de confidencialidad
El juramento, previsto en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, alcanza tanto a miembros del clero como a laicos con funciones asignadas. Entre los que prestaron juramento se encuentran ceremonieros pontificios, confesores, cocineros, médicos, ascensoristas, técnicos, personal de limpieza, conductores y efectivos de la Guardia Suiza, entre otros.
Todos ellos recibieron previamente una explicación detallada sobre la naturaleza del compromiso que asumen: no podrán grabar, transmitir, ni divulgar ninguna información relativa al proceso electoral. Cualquier violación será considerada falta gravísima y conllevará excomunión automática.
La elección más diversa de la historia
En total, hay 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto, aunque dos no podrán asistir por motivos de salud, por lo que el número final de electores será de 133. Representan a 71 países, lo que convierte a este Cónclave en el más diverso geográficamente desde que se instituyó este sistema en el siglo XIII.
Para ser elegido Papa, uno de los cardenales deberá obtener al menos 89 votos, es decir, dos tercios del total. Las votaciones se realizarán a puerta cerrada, sin contacto con el exterior, y bajo estrictas medidas de seguridad tecnológica para evitar cualquier tipo de filtración.
Expectativa global
El inicio del Cónclave 2025 marca una etapa crucial para el futuro del Vaticano y de los más de 1.300 millones de católicos en el mundo. El hermetismo y la solemnidad que envuelven al proceso no hacen más que reforzar su carácter simbólico, en un contexto global atravesado por desafíos culturales, éticos y políticos que también interpelan a la Iglesia.
Con los ojos del mundo puestos sobre la chimenea de la Capilla Sixtina, solo resta esperar el humo blanco.