Los restos del Papa Francisco fueron velados en la capilla de Santa Marta con un ataúd austero y vestiduras ya usadas, tal como él mismo lo había pedido. El funeral se realizará el sábado en la basílica de San Pedro, con la presencia de fieles de todo el mundo y líderes internacionales.
El cuerpo de Jorge Mario Bergoglio, fallecido el lunes a los 88 años, yace en un ataúd de madera marrón sin ornamentos, alejado del tradicional catafalco y de los tres féretros utilizados en pontificados anteriores. En sus manos, un rosario de cuentas negras; en su dedo anular, el anillo de plata que conservó desde su época de arzobispo en Buenos Aires.
A diferencia de otros papas, Francisco pidió no ser embalsamado. Se le aplicaron inyecciones para retardar el proceso natural, pero se evitó cualquier tipo de tratamiento invasivo.
Vestiduras con historia
Francisco fue vestido con una casulla roja que ya había sido utilizada anteriormente en celebraciones litúrgicas, una estola blanca —con cruces negras— sobre los hombros y la mitra blanca episcopal. Ninguna de estas prendas fue confeccionada para la ocasión. Como explicó su diseñador litúrgico, Filippo Sorcinelli, “Francisco yace, tal como él lo estableció, del mismo modo en que vivió: con sencillez, pero respetando las antiguas normas vaticanas”.
La casulla roja simboliza el amor y el sacrificio; la estola, elaborada con lana de corderos bendecidos, representa la cercanía pastoral del pontífice. La mitra, sin ornamentos preciosos, reemplaza la tiara papal abolida desde el siglo pasado.
Funeral y sepultura según su deseo
El funeral tendrá lugar este sábado a las 10 (hora de Roma), en la basílica de San Pedro. Se espera la presencia de medio millón de fieles y numerosas delegaciones oficiales, entre ellas la del presidente argentino Javier Milei.
Tal como había solicitado, Francisco será enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, junto al ícono de la Virgen “Salus Populi Romani”. Sobre su tumba sólo habrá una inscripción: Franciscus. No pidió monumentos ni mausoleos. Su sepultura será la de un cristiano común.
Dentro del féretro, además de su cuerpo, se incluirán una medalla, monedas de su pontificado y un documento que resume sus doce años como jefe de la Iglesia católica.