El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles un incremento inmediato de los aranceles a China al 125%, al tiempo que estableció una pausa de 90 días en la aplicación de nuevas tarifas para el resto de los países, manteniendo un piso del 10%. La medida reaviva la tensión en el comercio internacional y marca una nueva etapa en la guerra comercial entre las dos principales potencias del mundo.
A través de una publicación en sus redes sociales, Trump justificó la decisión acusando a Beijing de mantener prácticas económicas “insostenibles” y de mostrar una “falta de respeto a los mercados mundiales”. Según dijo, la medida busca presionar al gobierno chino para que modifique su política comercial. “Cuando se ataca a Estados Unidos, el presidente Trump contraataca con más fuerza”, afirmó la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una conferencia de prensa.
Pausa global, castigo a China
Mientras tanto, más de 75 países han iniciado contactos con Washington para negociar mejores condiciones comerciales, según el propio mandatario. Como gesto hacia esos interlocutores, el gobierno norteamericano dispuso una tregua arancelaria de 90 días y redujo el nivel general a un mínimo del 10%, que también se aplicará a países como la Argentina.
La medida rige desde este miércoles y busca incentivar a los países aliados a mantener relaciones comerciales sin represalias, mientras Estados Unidos endurece su posición exclusivamente con China. “No tomen represalias y serán recompensados”, advirtió Leavitt.
China responde y se planta
Desde Pekín, la reacción no tardó en llegar. Autoridades del gobierno chino advirtieron que lucharán “hasta el final” y acusaron a Estados Unidos de actuar de forma unilateral. En una reciente reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), diplomáticos chinos señalaron que la política de aranceles recíprocos “solo generará consecuencias negativas, incluso para Estados Unidos”.
El gigante asiático ya había respondido a la anterior suba (del 104%) con un incremento del 84% en sus propios aranceles a productos estadounidenses, profundizando el conflicto que ahora escala a niveles sin precedentes.
Impacto global e incertidumbre regional
La decisión de Trump llega en un momento de alta sensibilidad económica a nivel mundial. Si bien algunos países se benefician de la suspensión temporal de tarifas, el recrudecimiento del conflicto con China podría afectar cadenas de suministro, inversiones y precios internacionales, incluida la cotización del dólar y el comportamiento de mercados emergentes como el argentino.
Mientras tanto, el mensaje político del presidente estadounidense es claro: Estados Unidos endurece su postura, concentra el castigo en su principal competidor económico y lanza una advertencia a los demás países: alinearse o enfrentar consecuencias. La tregua de 90 días marcará el próximo capítulo de una guerra comercial que está lejos de terminar.