Avances en diagnóstico y hábitos de cuidado personal ayudan a anticipar cuadros severos
Aunque representa apenas el 1% de los cánceres de piel, el melanoma es el tipo más peligroso. Detectarlo a tiempo puede hacer la diferencia entre un tratamiento efectivo y una evolución grave. En Argentina, especialistas destacan el avance de nuevas tecnologías como el FotoFinder, un sistema de inteligencia artificial que permite reconocer lesiones sospechosas con altísima precisión, y refuerzan la necesidad del autoexamen y los chequeos anuales.
Un diagnóstico más rápido y preciso
El melanoma se manifiesta como un cambio en los lunares preexistentes o la aparición de manchas nuevas. Según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), en 2022 se diagnosticaron más de 330.000 nuevos casos en el mundo y se registraron cerca de 60.000 muertes vinculadas a esta enfermedad.
Frente a estas cifras, la prevención se vuelve prioritaria. El FotoFinder —disponible en centros como CEMEDYT— permite realizar una dermatoscopía digital corporal completa en minutos, con imágenes de alta resolución que analizan hasta el 85% de la piel. El sistema incorpora inteligencia artificial para identificar cambios milimétricos en los lunares, lo que facilita un seguimiento preciso sin necesidad de procedimientos invasivos.
Quiénes están en riesgo
La doctora María José Pelli, dermatóloga de la UBA con formación en Europa, señala que el chequeo anual es imprescindible, especialmente en personas con antecedentes familiares de cáncer de piel, piel clara, muchos lunares, ojos claros o exposición solar frecuente.
“El melanoma puede evitarse si se detecta a tiempo. Cualquier lunar asimétrico, de bordes irregulares, con colores desparejos, de más de 6 mm o que cambie, pique o sangre, debe ser controlado de inmediato”, explicó Pelli.
Por su parte, el doctor Andrés Politi, docente del CEMIC, indicó que haber tenido otro melanoma es el principal factor de riesgo. También lo son las quemaduras solares en la infancia, el uso de camas solares antes de los 35 años, y tener más de 100 lunares o padecer enfermedades genéticas como el síndrome del nevo atípico.
El valor del autoexamen y la educación
Si bien las herramientas tecnológicas mejoran la precisión del diagnóstico, los especialistas coinciden en que el autoexamen regular y la visita anual al dermatólogo son la primera línea de defensa. El doctor Sergio Quildrian, del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, remarcó que la clave es la detección precoz: “Hay que identificar lesiones menores a un milímetro para actuar a tiempo”.
Además del chequeo profesional, se recomienda aplicar la regla mnemotécnica ABCDE para observar los lunares: Asimetría, Bordes irregulares, Color desigual, Diámetro mayor a 6 mm y Evolución en el tiempo.
Un cambio de hábitos para una mejor salud
El melanoma se previene, en gran parte, con cambios de comportamiento. Usar protector solar, evitar la exposición prolongada al sol, cubrirse en horarios de radiación intensa y educar a niños y adolescentes son pasos fundamentales. “Cinco quemaduras solares duplican el riesgo de melanoma”, advirtió el doctor Jesse Lewin, de la Escuela de Medicina Icahn.
La tecnología avanza, pero la conciencia individual y comunitaria sigue siendo decisiva. La detección temprana salva vidas y empieza con mirar la piel con atención.