Este miercoles 2 de octubre, se realizó una multitudinaria Marcha Federal Universitaria en diferentes ciudades del país, en protesta contra el inminente veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Miles de personas, incluyendo estudiantes, docentes, no docentes y trabajadores universitarios, se unieron para expresar su rechazo a las políticas del gobierno hacia la educación superior.
La movilización, que tuvo su epicentro en la Plaza del Congreso en Buenos Aires, contó con la participación de figuras políticas y sociales, marcando un contundente reclamo en defensa de la universidad pública. La marcha no solo fue un hecho de impacto en la capital, sino que se replicó en varias provincias del país, consolidando el pedido de que se mantenga el financiamiento adecuado para las instituciones de educación superior.
Un reclamo nacional por la educación pública
El principal motivo de la protesta fue el rechazo al veto presidencial sobre la Ley de Financiamiento Universitario, una normativa que había sido aprobada por el Congreso y que garantizaría los fondos necesarios para el funcionamiento de las universidades. Este financiamiento es esencial para sostener el sistema educativo, que enfrenta una profunda crisis debido a la falta de recursos y la depreciación salarial de sus trabajadores.
Durante el acto central en Buenos Aires, Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), leyó un documento de tres páginas firmado por las principales organizaciones del ámbito universitario, como el Frente Sindical de Universidades Nacionales y el Consejo Interuniversitario Nacional. Este documento detalló diez puntos clave que resumen la crítica situación de las universidades públicas en Argentina.
Los 10 puntos principales del reclamo
- Crisis del financiamiento universitario: El sistema educativo se encuentra desactualizado en términos presupuestarios, con paritarias inconclusas y una pérdida significativa del poder adquisitivo de los salarios. Además, muchas obras de infraestructura están paralizadas.
- Rechazo a la campaña gubernamental de desprestigio: Las universidades han sido objeto de una campaña que, según los manifestantes, busca deslegitimar su importancia para justificar el desfinanciamiento.
- Caída de los salarios: Muchos trabajadores universitarios ganan salarios por debajo de la línea de pobreza, lo que pone en peligro la continuidad del personal académico y administrativo.
- Desmantelamiento del sistema científico: La reducción de fondos para la investigación amenaza la viabilidad de proyectos científicos y la formación de nuevos investigadores.
- Deterioro de las condiciones de vida de los estudiantes: La crisis económica ha afectado gravemente a los estudiantes, muchos de los cuales no pueden continuar sus estudios debido a la falta de apoyo financiero adecuado.
- Pedido a Milei de no vetar la ley: Se solicitó que el presidente promulgue la ley para asegurar un presupuesto adecuado que permita la recuperación salarial y el correcto funcionamiento de las universidades.
- Advertencia sobre el presupuesto educativo para 2025: Se anticipa una crisis aún mayor si no se modifica el presupuesto para el próximo año, ya que el financiamiento previsto es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de las universidades.
- Rol estratégico de las universidades nacionales: Las universidades no solo forman profesionales, sino que son clave para encontrar soluciones a los problemas estructurales de la Nación. Considerar la educación como un gasto, en lugar de una inversión, es visto como un error estratégico.
- Agradecimiento a la sociedad: Se valoró el apoyo de la sociedad argentina, que históricamente ha defendido la educación pública y gratuita.
- El valor de la educación pública: La universidad pública es una herramienta crucial para la movilidad social y el desarrollo del país. La pérdida de su financiamiento significaría una grave regresión en el acceso a la educación.
La marcha contó con el apoyo de importantes figuras del ámbito político. Desde la oposición, dirigentes como Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta se pronunciaron a favor de la universidad pública. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner también dio su respaldo desde el Instituto Patria. En paralelo, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, expresó su apoyo a la educación pública, aunque criticó a lo que llamó “parásitos” que lucran con el sistema.
Por su parte, artistas y personalidades públicas también se sumaron a la causa. Lizy Tagliani, Nacha Guevara, Julieta Zylberberg, entre otros, defendieron la importancia de la educación universitaria gratuita y el derecho a estudiar sin barreras económicas.
La Marcha Federal Universitaria de 2024 fue un claro reflejo de la preocupación de gran parte de la sociedad por el futuro de la educación superior en Argentina. El veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario ha generado una reacción masiva, que no solo demanda un cambio en las políticas actuales, sino que subraya la importancia de la universidad pública como un pilar de la democracia y el desarrollo del país.