Investigaciones recientes revelan que la palta no solo es un alimento sabroso, sino también una aliada potencial en la prevención de enfermedades hepáticas. Su consumo moderado, en el marco de una dieta equilibrada, podría contribuir a reducir la inflamación del hígado y mejorar la salud metabólica general.
La enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD, antes conocida como hígado graso no alcohólico) afecta a cerca del 30% de la población mundial. En este contexto, especialistas de instituciones internacionales destacan el rol que la palta puede cumplir como parte de un tratamiento no farmacológico, gracias a sus grasas monoinsaturadas, antioxidantes y vitaminas.
Un perfil nutricional que protege al hígado
El fruto, también llamado aguacate, contiene ácidos grasos saludables, vitamina E y compuestos antiinflamatorios que actúan directamente sobre los lípidos acumulados en el hígado. Así lo demostraron ensayos en modelos animales publicados por la revista Milenaria, donde se registraron reducciones en la inflamación hepática, el colesterol y los triglicéridos tras la administración de aceite de palta.
Desde la Cleveland Clinic, la doctora Sobia Laique resaltó la importancia de cambios alimentarios sostenibles para frenar la progresión de la esteatohepatitis metabólica (MASH), una evolución grave del hígado graso. La especialista recomienda evitar productos ultraprocesados y priorizar alimentos como la palta, que aportan grasas saludables sin efectos inflamatorios.
Beneficios amplios, riesgos controlados
El consumo diario de medio a un aguacate puede mejorar no solo la salud hepática, sino también el perfil cardiovascular y metabólico. Entre sus principales beneficios se destacan:
- Reducción del colesterol LDL y triglicéridos.
- Control de la glucemia en personas con prediabetes o diabetes tipo 2.
- Aumento de la saciedad, lo que favorece el descenso de peso.
- Estímulo para la ganancia de masa muscular, al combinarse con ejercicio.
- Mejora del estado de la piel y protección cognitiva, gracias a su contenido en vitamina C y omega-3.
Sin embargo, los especialistas aclaran que su ingesta debe ser moderada. La palta es calóricamente densa, y un exceso puede provocar malestares gastrointestinales o incremento de peso, especialmente si se suma a una dieta desbalanceada.
¿Mito o realidad? El vínculo entre la palta y el colesterol
Contrario a ciertos prejuicios, este fruto no eleva el colesterol. Por el contrario, al reemplazar las grasas saturadas de carnes rojas y lácteos enteros por las monoinsaturadas de la palta, se mejora el perfil lipídico y se reduce el riesgo de inflamación hepática.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición respalda su inclusión dentro de la dieta mediterránea, un modelo alimentario que prioriza vegetales, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutas secas, con efectos comprobados en la prevención de enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
Una herramienta más en la prevención
El hígado cumple funciones esenciales: filtra toxinas, produce bilis, regula el metabolismo. Cuando se ve afectado, el impacto en la salud es multisistémico. Las patologías más comunes —MASLD, MASH, cirrosis e infecciones virales— pueden evitarse con hábitos saludables.
En ese marco, la palta no es una solución mágica, pero sí una pieza valiosa dentro de un enfoque integral. Alimentarse mejor, moverse más y evitar los excesos sigue siendo la fórmula más eficaz para proteger uno de los órganos más silenciosos, pero vitales, del cuerpo humano.