Kamala Harris sabe de romper records. Entre sus muchas chapas, se cuentan: haber sido la primera persona afronorteamericana, además de la primera mujer, en convertirse en fiscal del distrito de San Francisco. Ya luego, tras dos mandatos, ser la primera mujer en detentar el cargo de fiscal general de California; y en 2016, ser la segunda mujer negra en ser electa senadora en la historia de los Estados Unidos.
En 2021, Biden la eligió para que inscriba, otra vez, su nombre en el libro de records norteamericano. Es que Harris fue la primer mujer en llegar a ser vicepresidenta. Y ahora pretender romper otra marca más ya que con la baja -tardía- del presidente de Estados Unidos a la búsqueda de su reelección, esta mujer de 59 años que habla francés, cocina muy bien y es ducha en los juegos de palabras podría completar lo que Hilary Clinton quedó a mitad de camino: ganarle a Trump y que, por primera vez, el Salón Oval sea manejado por una mujer.
Harris acumula la mayoría de los números para ser la candidata del Partido Demócrata. Hasta el propio Biden alentó su candidatura, en el domingo que cambió el tablero político de Estados Unidos. «Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. Hagámoslo», escribió Biden, en Twitter, luego de anunciar que bajaba su candidatura.