En un paso significativo hacia la inclusión de las mujeres en espacios de poder dentro de la Iglesia Católica, el Papa Francisco ha nombrado por primera vez a una mujer en un cargo directivo en el Vaticano. Concetta Brescia Morra, profesora de Derecho de la Economía y experta en temas financieros, será la nueva integrante del Consejo de Supervisión e Información Financiera, el organismo encargado de supervisar las operaciones económicas de la Santa Sede.
Un paso hacia la inclusión
El nombramiento de Brescia Morra es un hito histórico para la Iglesia Católica, que hasta ahora había estado dominada por figuras masculinas en los cargos clave. La incorporación de una mujer en este ámbito responde a las reformas impulsadas por el Papa Francisco con el objetivo de modernizar y hacer más participativa la estructura eclesiástica. Además, el pontífice ha instado a los obispos a integrar mujeres en puestos de decisión, promoviendo su protagonismo dentro de la jerarquía vaticana.
Quién es Concetta Brescia Morra
Brescia Morra, quien fue designada el 25 de julio de 2024, es una académica de renombre con una sólida trayectoria en Derecho Financiero. Ha sido directora del Centro de Investigación sobre Derecho Bancario y Financiero Europeo y ha trabajado como investigadora visitante en la Universidad de Harvard. Su formación y experiencia en el ámbito económico aportan un perfil técnico esencial para el funcionamiento del Consejo, que fue creado en 2010 y reformado en 2020 para mejorar la transparencia y el control financiero en el Vaticano.
El objetivo del Papa Francisco
Este nombramiento no es un hecho aislado. Desde su pontificado, Francisco ha promovido la inclusión de mujeres en la estructura del Vaticano, con el fin de darles más visibilidad y protagonismo en la toma de decisiones. En este mismo sentido, ya ha nombrado a otras mujeres en cargos importantes, como sor Raffaella Petrini, quien ocupa el segundo cargo más alto en el Gobierno del Estado Vaticano.
La decisión de incluir a mujeres en estos espacios de poder forma parte de una serie de reformas que buscan agilizar y actualizar el funcionamiento interno de la Curia. Además, con la entrada en vigor de la nueva Constitución «Praedicate Evangelium» en 2022, se permite una mayor participación de los laicos y las mujeres en los órganos administrativos del Vaticano.