El fenómeno desafía teorías tradicionales sobre la generación de emisiones electromagnéticas y abre nuevas perspectivas en la investigación del clima espacial.
Astrónomos de la Universidad de Beihang, en colaboración con investigadores internacionales, identificaron por primera vez ondas de coro provenientes de una región del espacio situada a más de 160.000 kilómetros de la Tierra. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature, desafía los modelos establecidos sobre la formación y propagación de estas emisiones electromagnéticas, consideradas clave para entender el clima espacial.
Las ondas de coro, conocidas por su distintiva frecuencia sonora que recuerda al canto de aves o ballenas, son fluctuaciones electromagnéticas de alta intensidad que interactúan con electrones y campos magnéticos en el plasma espacial. Según el profesor Liu Chengming, autor principal del estudio, cuando las señales registradas por los instrumentos se convierten en audio, se perciben como un «coro espacial» audible para los humanos.
El hallazgo fue posible gracias a los datos de la Misión Magnetosférica Multiescala (MMS) de la NASA. Hasta ahora, se creía que estas ondas solo se formaban cerca de planetas con campos magnéticos dipolares, pero las observaciones revelaron que también pueden originarse en regiones sin dichos campos. “Este descubrimiento rompe paradigmas mantenidos durante más de 70 años”, señaló Cao Jinbin, coautor del estudio y miembro de la Academia de Ciencias de China.
Implicaciones y aplicaciones
El descubrimiento podría mejorar la predicción del clima espacial y la protección de satélites. Además, estas ondas desempeñan un papel en fenómenos como la formación de auroras polares y la aceleración de electrones en los cinturones de radiación terrestre, lo que afecta tanto a los satélites como a los astronautas.
Este avance no solo amplía el conocimiento sobre el comportamiento del plasma espacial, sino que también representa un paso significativo en la comprensión de la interacción entre la Tierra y el viento solar. Según Richard Horne, experto del British Antarctic Survey, “mejorará nuestra capacidad de predecir el clima espacial”.
El equipo continuará analizando los datos para explorar más a fondo cómo estas ondas impactan las condiciones del entorno espacial y su posible relación con fenómenos terrestres.