Durante las vacaciones de invierno, la Ruta del Vino de Altura de Tucumán ofrece una programación cargada de experiencias para los amantes del enoturismo y la identidad local. Bodegas, catas, talleres y celebraciones ancestrales se integran en una propuesta que combina paisajes imponentes y calidez humana.
Entre los eventos destacados se encuentra la Fiesta Provincial del Vino Amaicheño, que se celebrará el 19 y 20 de julio en la Bodega Comunitaria Los Amaichas. El espacio, único en su tipo por ser gestionado por una comunidad indígena, se convierte en epicentro de una celebración que incluye música en vivo, feria de productores y la reivindicación del vino como símbolo cultural.
Otra cita clave será el 1 de agosto en Colalao del Valle, donde la Bodega Luna de Cuarzo celebrará el Día de la Pachamama. Este ritual de agradecimiento a la Madre Tierra reunirá enoturismo, gastronomía y espiritualidad en un entorno natural cargado de simbolismo.
Propuestas para todos los gustos
La agenda de la Ruta del Vino se extiende a lo largo de la temporada con visitas guiadas, almuerzos criollos, catas, talleres artesanales y experiencias astronómicas. Tanto en Amaicha del Valle como en Colalao, cada bodega ofrece actividades únicas: desde degustaciones sin reserva en Chico Zossi, hasta almuerzos maridados en Viñas del Chañar o talleres de cerámica y tallado en madera en la Bodega Comunitaria.
También habrá propuestas culturales como el taller de bordado a cargo del Consejo de Ancianos de la comunidad amaicheña, y observaciones astronómicas bajo el título «Vino y estrellas» en la Bodega Río de Arena.
Proyección nacional en la Expo Rural
La Ruta del Vino de Altura también cruzará fronteras provinciales: del 17 al 27 de julio participará en la Expo Rural 2025 en Buenos Aires. En La Rural de Palermo, seis bodegas tucumanas presentarán sus etiquetas y propuestas turísticas junto a la Ruta del Artesano, posicionando a la provincia en el mapa del turismo cultural y productivo del país.
Domingo Amaya, titular del Ente Tucumán Turismo, destacó que esta iniciativa no se limita a promocionar vinos: “Es una invitación a vivir el alma de los Valles Calchaquíes. Que los propios dueños reciban a los turistas genera un lazo auténtico que marca la diferencia. Por eso se apostó a fondo, con obras como la renovación de la Ruta 307, clave para el acceso al circuito”.
Turismo y desarrollo como política de Estado
Desde el Gobierno de Tucumán, la Ruta del Vino se considera una herramienta estratégica para dinamizar las economías regionales. “El turismo es un motor de crecimiento. Nuestros vinos, nuestra cultura y nuestra gente conforman un producto turístico integral, con identidad y valor agregado”, subrayó Amaya.
Con esta propuesta, la provincia busca consolidarse como un destino de excelencia, donde la experiencia turística se transforma en un encuentro genuino con la tierra, la historia y el trabajo de quienes la habitan.