En un giro polémico en la política exterior, el presidente Javier Milei decidió despedir a Sonia Cavallo Runde de su cargo como embajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA). La decisión se produjo tras las críticas durísimas que el ex ministro Domingo Cavallo venía realizando sobre la política económica actual, calificando la continuidad de Cavallo como “impresentable” e insostenible.
Sonia Cavallo, designada formalmente en mayo del año pasado para ocupar el cargo de embajadora ante la OEA, fue elegida en parte debido a su relación con el creador de la Convertibilidad, a quien el presidente Milei solía elogiar como “el mejor ministro de Economía de la historia”. Sin embargo, esta relación de acercamiento terminó al intensificarse los cuestionamientos públicos de Domingo Cavallo respecto al rumbo de la política económica, lo que llevó a que el mandatario considerara que “la posición de la hija en ese cargo era insostenible”.
En declaraciones previas a la noticia, Milei afirmó en una entrevista que “el dólar se tiene que caer como un piano… y le voy a decir más…, en especial por el impresentable de Cavallo”, anticipando el despido. Poco después, el vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó a través de redes sociales:
“Por decisión del Presidente de la Nación, Sonia Cavallo deja de ser la embajadora argentina ante la OEA.”
Perfil de Sonia Cavallo
De 52 años, Sonia Cavallo Runde nació en la provincia de Córdoba y estudió en la Universidad de San Andrés. Posee una maestría en Políticas Públicas de Harvard y ha residido en Estados Unidos durante más de una década. Antes de asumir el cargo diplomático, se desempeñó como profesora en el Programa de Economía Aplicada en The Catholic University of America en Washington, DC, y colaboró activamente en las campañas políticas y actividades académicas de su padre, Domingo Cavallo, coautora del libro Historia Económica de la Argentina.
Razones y consecuencias de la decisión
Fuentes oficiales señalaron que la continuidad de Sonia Cavallo en la embajada se volvió insostenible debido a los constantes cuestionamientos públicos por parte de Domingo Cavallo sobre temas críticos como el tipo de cambio y la negociación con el Fondo Monetario Internacional. El Gobierno consideró que mantenerla en el cargo comprometía la imagen y la eficacia de la política exterior en un contexto de fuerte polarización política.
Aunque durante su gestión Cavallo mantuvo un perfil relativamente bajo y se alineó con las posturas del presidente Milei, especialmente en lo que respecta al apoyo incondicional a Estados Unidos y la oposición a las políticas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, su vinculación con el ex ministro terminó siendo motivo suficiente para su desvinculación.
El despido se produce en un momento en que el Gobierno de Milei ha estado realizando importantes cambios en el servicio exterior, intentando alejarse de antiguas figuras que, aunque tuvieron un rol relevante en administraciones pasadas, ahora se consideran incompatibles con la nueva línea de política del Ejecutivo.
Reacciones y declaraciones
En su última intervención en redes sociales, Sonia Cavallo había compartido un mensaje en el que resaltaba la «impresionante recepción del Presidente Milei en Washington» y expresaba su compromiso con la transformación que vivía el país. No obstante, la decisión de su despido fue rápida y contundente.
El cambio ha generado reacciones diversas en el ámbito político y diplomático, evidenciando la tensión entre las posturas tradicionales y la nueva línea de acción del actual gobierno. Mientras el presidente Milei justifica la medida como necesaria para el adecuado manejo de la política exterior y la imagen del país, críticos y simpatizantes de la exembajadora han señalado la complejidad de separar las relaciones familiares de las funciones diplomáticas.
El despido de Sonia Cavallo de la Embajada argentina ante la OEA marca un hito en la política exterior del Gobierno de Milei, que busca renovar y redefinir su imagen en el escenario internacional. Con esta decisión, el Ejecutivo se distancia de figuras históricas y controversiales, apostando por una línea de acción más firme y acorde a sus posturas en materia económica y de relaciones internacionales. La medida, confirmada por el vocero Manuel Adorni, promete tener repercusiones tanto en el ámbito diplomático como en la percepción pública del servicio exterior argentino.