El presidente iraní Masud Pezeshkian anunció este martes la finalización de la guerra con Israel y calificó el desenlace como una “victoria histórica” para la República Islámica. El anuncio se dio tras la entrada en vigor del alto el fuego impulsado por el expresidente estadounidense Donald Trump, luego de doce días de intensos ataques cruzados.
Un cierre con mensaje nacionalista
En un mensaje televisado a la nación, Pezeshkian elogió la “valiente resistencia” del pueblo iraní frente a lo que consideró una ofensiva impulsada por el “aventurerismo israelí”. Aseguró que Irán no busca desarrollar armas nucleares, pero reafirmó su intención de mantener su programa atómico con fines pacíficos. “Sólo defendemos nuestros derechos legítimos”, expresó en diálogo con autoridades de Emiratos Árabes Unidos.
Advertencia desde Jerusalén
Desde Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu afirmó que su país respetará el alto el fuego mientras Irán lo haga, pero dejó una advertencia contundente: “Irán no tendrá armas nucleares”. También defendió los ataques israelíes sobre instalaciones iraníes durante el conflicto, al sostener que “han desmantelado la infraestructura atómica del régimen persa”.
Trump se atribuye el desenlace
Por su parte, Donald Trump celebró el acuerdo como una victoria personal. “Fue un gran honor para mí destruir todas las instalaciones y capacidades nucleares, y luego, ¡PARAR LA GUERRA!”, escribió en su red Truth Social. Según fuentes diplomáticas, el exmandatario norteamericano mantuvo una conversación directa con Netanyahu en la que se acordó la suspensión de las ofensivas militares israelíes.
Escenario inestable y tregua frágil
Aunque el alto el fuego fue oficializado, tanto desde Teherán como desde Jerusalén advierten que la tregua depende del comportamiento de la otra parte. La guerra, que duró apenas doce días, dejó como saldo cientos de muertos y tensiones regionales que siguen latentes. La posibilidad de que Irán retome su programa nuclear sigue siendo un punto crítico.
La comunidad internacional observa con cautela este nuevo escenario. Mientras en Teherán se celebra la “victoria”, en Israel se refuerzan las medidas de seguridad. La paz, al menos por ahora, parece sostenida por una delgada línea diplomática.
