Con gran éxito y un superador cierre, la Feria del Libro superó las expectativas de sus organizadores y de aquellas personas que recorrieron los stands y pudieron disfrutar de los servicios que el evento cultural proponía: full track, espectáculos, charlas, conferencias, entre otros. Así quedó registrado, que no solo se gestó un espacio para la venta y compra de libros, sino que, por unos días, fue un lugar de confluencia, donde colegios, familias, amigos y demás, pudieron descubrir, o en algunos casos, redescubrir, la cultura del encuentro.
La Proclama, siendo parte de ese lugar, con un stand preparado para entrevistas, conversó con los artífices del evento, Jorge García, creador de Las Manos del Mundo y Diego Anchorena, empresario. Durante la charla, García manifestó que la feria ha despertado muchas cosas para la gente, «fue una feria muy importante para Tucumán, con Diego estamos pensando en una feria mucho más grande, internacional para todos los tucumanos». Manifestó que ha tenido una charla con personas de diferentes editoriales, «esta feria ha juntado a diversos editores y ahora están trabajando juntos y espero que en el futuro lo sigan haciendo, esto es muy importante».
García, en retrospectiva, dijo que es un evento que hace muchos años lo vienen pensando y soñando, «y no lo podíamos realizar, pero llegó un momento en que dijimos con Diego, bueno sí, lo hagamos. Y a pesar de la situación que es crítica, hemos conseguido apoyo, por parte del Gobierno de la Provincia, de varios municipios, como el de Yerba Buena, Monteros y Famaillá. Además del Secretario de Estado de la Provincia, Raúl Albarracín, quien nos dio una mano grande en la parte logística que nos ha servido mucho».
En este sentido, Anchorena se explaya diciendo que «es una pregunta recurrente que siempre nos hacen: cómo se animan en una etapa difícil y yo digo que cuando decides emprender en algún momento hay que entrar en acción. Se nos dieron un par de apoyo, nos alentaban de diferentes sectores, nos dio seguridad y ahí nos animamos», recordó.
Por su parte, y fiel a eventos de estas características, antes de culminar ya se comienza a proyectar el próximo, es así que Diego Anchorena sentenció la proyección de la segunda edición. «Pensamos ya en una segunda edición, porque fue un éxito en todos los sentidos, nos gustó la gente y su reacción, cubrimos las expectativas y generamos nuevas también», dijo Anchorena. A su vez, explicó que vio cómo muchos tucumanos levantaron su autoestima, que se reconocieron en la literatura, «cada una de las bitácoras armadas a tal fin, estaban llenas de gente que vinieron a escuchar a autores tucumanos. Y se encontraron tucumanos que durante muchos años quisieron tener su feria del libro y no pudieron y ahora se hizo realidad. Hoy sabemos que se puede hacer cosas lindas», sentenció.
El evento resignificó el valor de la escritura en todas sus formas, reflotó a la luz el tremendo baje cultural y artísticos de los muchos tucumanos que pudieron mostrar y dar a conocer sus obras. En este sentido García dijo que al comienzo de la organización llegaron a su asombro al descubrir la cantidad de escritores en toda la Provincia, «capital, este y oeste, mucha gente que está prendida a la literatura, al cuento y a toda la rama de la escritura», dijo.
Entre los objetivos que se había forjado la organización estaba la de generar un espacio inclusivo, «quisimos darle lugar a todos los tucumanos, pensando también en las editoriales pequeñas, cediéndoles stands, para que se repartan el espacio y se organicen allí; lo maravilloso es que no solo se organizaron allí, sino que generaron grupos de WhatsApp y se organizaron en otros sentidos», expresó Anchorena con entusiasmo.
Asimismo, explicó que la intención de traer la experiencia de la Feria del Libro de Buenos Aires, con escritores de allí, tenía que ver con generar un vínculo cercano, de contacto, con los tucumanos, porque muchos de ellos sólo los ven por la televisión o si viaja para la capital. «Que Felipe Pigna venga, que te firma autógrafo, que la gente se acerque y se saque fotos… como fue también el caso de Cecilia Ce; eso fue la experiencia de Buenos Aires que los tucumanos querían vivenciar. Y potenciado a eso, la experiencia de los escritores tucumanos que pudieron hacer su exposición, como por ejemplo el caso del señor Espeche Trápani, con su libro Perseverancia, eso fue motivador, conocer esa historia», expresó Diego Anchorena.
Tanto García como Anchorena, buscaron que la experiencia sea integral y lograron que todos los que pasaron por la feria estén contentos y crezca día a día durante la semana de exposición. «Yo sabía por la experiencia de la organización de Las Manos de Mundo, que este sábado y domingo iba a ser extraordinario, lo que más me gusta es que haya mucha gente, es la experiencia que le queda al tucumano de lo que fue la Feria del Libro, porque acá no solo ha venido la familia a ver el libro, vino a comer, escuchar música, ver un comic. Ha venido a ver una serie de cosas que es para toda la familia, nosotros ya estamos pensando en el año próximo, que sea internacional», sostuvo Jorge García. Agregó que, haciendo una autocrítica, ha faltado cosas, » hemos cometido errores, pero es lógico como sucede en toda primera feria, por ejemplo, pensamos que podríamos haberla estirado un poco más, pero lo importante es que esto se haya realizado con un cierre magnífico».
Para culminar, el empresario dijo que siempre queda la sensación de que podríamos haber hecho algo mejor, «pero para ser la Primera Edición la experiencia fue genial, se hizo mucho ruido y la gente está contenta y los expositores también. Los feriantes pudieron vender sus productos y eso es importante, porque para quienes no conocían el mercado de Tucumán, se animarán a venir el año próximo», explicó.
Culminó diciendo que el año que viene desean potenciar todo lo que se vivió, «nos animamos a decir que para el año que vine duplicamos la feria y redoblamos la apuesta, mejorando todo lo que falló, buscaremos el espacio para un libro y un café».